Un Pontiac muy especial
La marca Pontiac reinició la construcción de coches en el 1945, tras la segunda guerra mundial, estando ya integrada en el grupo General Motors. Uno de los primeros modelos que aparecieron en el mercado fue el Pontiac Chieftain. Como en los años 50 el diseño se guía pocas reglas, el Pontiac Chieftain no fue una excepción. Era uno de los coches más normales y, sin embargo, despertó admiración.
El Chieftarn del año 1953 tenía un diseño totalmente renovado con un parabrisas delantero curvado de una pieza, aletas traseras escalonadas. Las ruedas traseras tenían cubierta aerodinámica y además Pontiac daba la opción de pintura de dos colores para la carrocería. Los neumáticos tenían el lateral blanco y en los lados del coche había embellecedores cromados. Dentro del habitaculo con telas de varios colores, un salpicadero muy detallado y un panel de instrumentos panorámico que permitía ver a cada pasajero todos los indicadores.Se podía escoger entre seis motores de los que, con el precio del petróleo tan bajo en esos tiempos, muchos de sus compradores eligieron los más potentes.
Las opciones de equipamiento y de carrocerías que ofrecía Pontiac para el chieftain eran enormes. Los compradores podían elegir entre un sedán de dos o cuatro puertas, un muy interesante cupé de nombre «Catalina» que hoy es una pieza muy codiciada por los coleccionistas de coches clásicos, un familiar de cuatro puertas, un descapotable también de cuatro puertas o un Custom Sedan con altura del techo rebajada y con muchos más cromados.